23-5-2020 ALTAR MAYOR DE LA CATEDRAL DE TOLEDO Y LA LEYENDA LLAMADA "LA AJORCA DE ORO".

Afotando y documentando Toledo. 23-5-2020. Altar Mayor de la Catedral de Toledo y la leyenda de Bécquer llamada la Ajorca de Oro.

Como siempre deseando que os guste la foto, que es lo que IMPORTA, adorno esta foto de archivo y que no he subido hasta hoy del interior de la Catedral de Toledo, concretamente del Altar Mayor, y que recomiendo ver a pantalla completa con una leyenda muy conocida al ser escrita por Gustavo Adolfo Bécquer, un enamorado de Toledo.

Insisto, siempre, lo que importa es la FOTO, lo demás, la parrafada es un adorno, y es cultura popular, la foto es algo único e irrepetible de un momento que no volverá, aunque algunos lo consideren “apretar un botón”, en fin batalla pérdida….

Antes de contaros la leyenda, explicar que “Ajorca” es una especie de aro de oro, plata u otro metal valioso que se lleva en la muñeca, el brazo o el tobillo. Una vez que ya sabemos lo que significa Ajorca, paso a contarios la leyenda a mi manera, jajaja, digamos que versionando la magnífica leyenda de Bécquer…

La leyenda está  ubicada en el interior de la Catedral de Toledo, más o menos desde donde os muestro la foto...

La leyenda cuenta más o menos que había en Toledo, una mujer muy bella llamada María Antúnez…  tan guapa era que estaba acostumbrada a recibir todo tipo de regalos y piropos, nada se la negaba… lo que la convirtió en una caprichosa que conseguía todo cuanto se proponía…

Empezó a salir, bueno se enamoró de otro joven toledano, llamado Pedro Alfonso de Orellana, y este le daba todos los caprichos que le pedía María Antúnez, digamos que en prueba de su amor…

Un día la pareja había quedado en los bancos situados en Zocodover y cuando llegó Pedro ante su amada María, la vió llorando desconsoladamente…

¿Por qué lloras?  Preguntó  Pedro, y tras hacerse la dura María Antúnez  y gimiendo acertó a decirle a Pedro: No preguntes porque lloró, pues no sabré contestarte, ni tú comprenderme.

Tras unos besos y caricias, y tras mucho insistir María le contó a Pedro que había estado días atrás en la Catedral rezando  y que vió un objeto que la había llamado su atención, de tal manera que apenas podía concentrarse en sus rezos. Este objeto iluminado por las luces del altar resplandecía dando visos azules, rojos y blancos, como una estrella en el firmamento…

Y siguió María Antúnez contándole a Pedro: Pero al final me di cuenta que el objeto maravilloso era la ajorca de oro que tenía la imagen de la Virgen María en la mano con la que sostiene al niño Jesús…

María  Antúnez  seguía contándole  a Pedro que desde que vió está ajorca incluso se la aparecía en sueños y que lo único que hacía era recordarle que la preciada joya jamás seria suya.

Pedro asombrado y medio enfadado la dijo que esa joya pertenecía a la Virgen del Sagrario de la Catedral.

María Antúnez se quedó triste al ver la respuesta de su amado y se fueron cada uno a su casa enfadados…

Tras dudar Pedro por sus convicciones religiosas y morales enfrentadas al amor por María Antúnez…  Pedro… decidió robar la ajorca de oro que tanto deseaba su amada…

Y… esa misma noche fue  a la catedral…  llegó al altar y cogió la ajorca de oro  a la Virgen…. Pero…

Al cogerla en sus manos de repente la imagen de la Catedral empezó a cambiar,  el altar mayor que os muestro en la foto, se daba la vuelta, poniéndose boca abajo, aparecieron seres sobrenaturales, cadáveres y horrorosas imágenes, se dice que vió el infierno en directo…, todos los esqueletos de los enterramientos de la Catedral salieron a su encuentro como queriendo salvar y proteger la ajorca de oro de la Virgen, todos los Santos, ángeles, profetas, evangelistas, monjes, guerreros, arzobispos, reyes, damas... habían dejado sus hornacinas, peanas, cornisas y alturas; las figuras yacentes se habían levantado de sus mausoleos y le miraban,  le rodeaban amenazadoramente y todo el suelo, paredes y bóvedas se habían llenado de monstruos, reptiles y animales mitológicos, que habían abandonado los brazos y pasamanos de las sillerías….

Y Pedro como es normal…se volvió loco, enloqueció ante el horror y pánico de esas imágenes tan terribles, cayendo desmayado…

A la mañana siguiente fueron los trabajadores de la Catedral y se le encontraron tirado en el suelo y al despertarle Pedro riendo como un loco solo decía:

¡Suya, suya! al mismo tiempo que alzaba con la mano el brazalete de oro.

Pedro enloqueció y así quedó hasta su muerte... Maria Antunez se dio cuenta de lo que había llevado a hacer y se arrepintió antes de morir de pena... 

Y hasta aquí la leyenda de Bécquer, todas tienen moraleja, y varias interpretaciones, que cada uno piense lo que quiera, que yo solo soy un modesto aficionadillo a la fotografía que lo única que espera es que os GUSTE la foto del Altar Mayor de la catedral de Toledo.

Recordad que daré a me encanta al leeros…. Los días que no pueda contestar…

Y como siempre os recuerdo que se pueden ven estas cosas y otras más en mi blog, os dejo la dirección para que pinchéis y os salga solo:

https://joseherfer.blogspot.com/

Deseando que os guste la foto y sin estar loco perdido os deseo un muy feliz sábado.