9-4-2020 IGLESIA DE SANTA LEOCADIA
Afotando y documentado Toledo. 9-4-2020. Iglesia de Santa Leocadia.
Una iglesia toledana que creo que sobra presentar, y que si no fuera por el maldito Corona Virus de esta iglesia saldría mañana Viernes Santo, la Procesión del Santo Entierro. Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Caridad.
Os digo que sobra presentar esta iglesia de la patrona de Toledo, pero por si alguien no la ubica está situada casi enfrente de la Diputación, y si subís por las escaleras mecánicas antiguas os lleva a verlo de frente, aunque eso si… para llegar a sus pies a una empinada cuesta arriba…
Ya os conté que este actual templo mudéjar de Santa Leocadia se levanta sobre la casa en la que vivió la virgen toledana. Bajo esta iglesia aún se conserva un subterráneo, junto al altar mayor, que fue la habitación donde la santa pasaba largas horas haciendo oración y penitencia.
No sé si os acordáis de la leyenda de la Santa… espero que si… no es plan de repetirla para no ser pesado. Si no la recordáis está relacionada con la otra leyenda llamada de la Roca Tarpeya.
Si os fijáis en la Iglesia destaca su sencilla torre de estilo mudéjar en sus partes más antiguas de planta cuadrangular y construida mediante la intercalación del ladrillo y de la piedra de mampostería. Se trata de una edificación de arquitectura sencilla, abierta en todo su primer cuerpo en pequeñas ventanas y en la sala de campanas por ocho vanos (dos por lado) en forma de arco de herradura, precedidos a modo de decoración en su parte inferior y entre sencillas cornisas por cinco arcos ciegos por lado. El campanario está rematado por un pequeño montículo a cuatro aguas.
Su antigüedad se remonta al siglo XI, aunque los restos arquitectónicos más antiguos que se conservan son del siglo XIII. De época mudéjar se conservan: la torre como ya dije, parte de la portada y un ábside lateral.
Esta iglesia estaba separada del convento de Santo Domingo el Antiguo, por una estrecha callejuela, que fue suprimida en tiempos de Alfonso X, cuando se ampliaron los límites del convento.
No lo iba a escribir pero os pongo brevemente la leyenda de Santa Leocadia, pero… espero que os guste la foto que es lo que importa….
Viajamos en el tiempo hasta el siglo IV de nuestra Era, Roma dominaba España, y había designado como gobernador de Toletum a Publio Daciano. Vino a Hispania con el objetivo claro de perseguir y someter a los cristianos que no querían reconocer como su Dios al emperador. A los pocos días de su llegada el nuevo gobernador mandó publicar un duro edicto colocando a los cristianos fuera de la ley y ordenando su persecución y encarcelamiento.
Se iniciaron las persecuciones y fueron muchos los residentes en la Toledo romana que fueron llevados a la cárcel situada en la Roca Tarpeya como si recordáis eran despeñados por un precipicio hacia el Tajo.
Cuando aprecia que todo Toledo estaba en calma llegó a oídos del emperador Daciano que había una joven toledana llamada Leocadia (que significa mujer blanca) que insistía en rezar al Dios cristiano y en hacer públicas muestras de su Fe.
A Leocadia la hicieron presa, y la torturaron mientras ella no paraba de rezar y la abandonaron medio muerta en su cárcel.
Al llegar la noche los centinelas de la cárcel, oyeron un ruido sobrenatural y observaron una potente luz que venía de la celda en la que había quedado abandonada la joven cristiana llamada Leocadia… Por el miedo, hasta la mañana siguiente no se acercaron a la mazmorra, donde sólo hallaron el rígido cuerpo de la joven Leocadia muerto.
Avisaron a Daciano y este mandó que tirasen su cadáver en las afueras de Toledo, en la actual ermita del Cristo de la Vega… así hicieron, dejando tirada a Leocadia sin recibir siquiera sepultura alguna…
Al hacerse de noche un grupo de cristianos que sabían donde habían tirado el cuerpo de Leocadia se acercaron y poniendo algunas piedras la hicieron una especie de sepultura y levantaron un pequeño y disimulado mausoleo en el que durante largos años de dominio romano muchos se acercaban en las tinieblas de la noche a rezar por el alma de la joven virgen Leocadia, guardando en el recuerdo durante generaciones el lugar donde los restos fueron sepultados.
Pasaron los años y una vez reconocida la fe cristiana por Roma, se dedicó un templo en el mismo sitio en que fue sepultada, hacia el siglo IV, siendo el primero construido en esta capital, y hecho Basílica durante el período Visigodo bajo el reinado de Sisebuto hacia el 618, lugar en el que se celebraron los famosos Concilios de Toledo y en la que fueron enterrados los arzobispos de Toledo Eladio, Eugenio, Ildefonso y Julián.
Y como curiosidad deciros que los restos de Santa Leocadia sufrieron numerosas viajes a lo largo de su historia, ya que con la la conquista musulmana de Toledo, algunos mozárabes huyeron y se llevaron consigo los restos de Leocadia…
Los llevaron a Oviedo, y luego a la abadía de Saint-Ghislain, en Bélgica.
Estando en Bélgica, Felipe el Hermoso y Juana “la Loca” consiguieron tras muchas negociaciones traer para la catedral de Toledo una tibia, guardada en el mástil de un relicario gótico que simula una nave y que se encuentra en el Ochavo de la Catedral de Toledo….
Con la llegada del rey Felipe II se trajeron todos los restos de la Santa toledana. Las cenizas llegaron a Valencia en el verano de 1586. El 26 de abril de 1587 llegaron los restos a Toledo con gran boato de nobles y la presencia de Felipe II, que fue uno de los portadores de la litera que guardaba los escasos restos de la Santa desde la fachada del templo hasta el lugar que los acogería. Desde 1593 los restos reposan en un arca de plata y oro bajo el altar de la Virgen del Sagrario en la Catedral de Toledo.
Pero lo que importa es que os haya gustado la foto, que hay gente que cuando escribo no lo valora…
Ya sabéis algo más de esta preciosa Iglesia toledana, y de nuestra patrona.
Por cierto al fijaros en la foto… los balcones que se ven a la izquierda pertenecen a la antigua casa de Paco de Lucia en Toledo, actualmente es un hotel.
No me extiendo más, que SOLO soy de fotos, os deseo un feliz Jueves Santo a todos, aunque sea en casa.
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