14-11-2019 IGLESIA DE SAN LUCAS Y UNA DE SUS LEYENDAS
Buenos días desde Toledo. San Lucas y una de sus leyendas.
Quizás a alguien le parezca mal que ponga esta foto de la Iglesia de san Lucas con la grúa pero es como está en la actualidad, e intento ser lo más fiel posible.
Como siempre espero que os guste la foto, a pesar de la grúa, una foto que he puesto un medio tono en sepia para darle más empaque a la leyenda…
Por si alguien no sitúa está iglesia decir que está en la orilla del Tajo y lo que se ve al fondo es el Parador.
Otro día contaré un poco de historia de esta coqueta iglesia toledana, pero hoy esperando que os guste la foto os cuento otra leyenda toledana, que aunque ya la puse, me piden que la repita…
Cuenta la leyenda que el poeta checo Rainer María Rilke iba todas las semanas a escuchar misa a esta iglesia de San Lucas durante su estancia en Toledo, allá por 1912, y lo hacía atraído por una leyenda que cuenta que en este lugar se apareció la Virgen para cantar la Salve con unos ángeles venidos del cielo junto a ella.
El poeta checo había oído que:
Cuenta la tradición de más arraigo toledana que la Virgen de esta iglesia mozárabe era llamada "de la Esperanza" por el deseo de los mozárabes toledanos de que algún día Toledo volviese a manos cristianas.
En 1085, la iglesia volvió a manos cristianas y en agradecimiento, se siguió cantando cada sábado como buenos toledanos que eramos, cumpliendo lo prometido...
Y la leyenda dice que, Ana Romero -que era la devota que había mantenido y costeado la tradición- temió que su único descendiente, su sobrino Diego Hernández, no mantuviera la costumbre pues era persona de fiesta diaria, y sus juergas eran famosas en el todo Toledo de la época, a la vez que con gran desapego por lo religioso.
De este modo, Ana Romero, en su lecho de muerte suplicó a la Virgen que recondujera a Diego y continuara con los cánticos sabatinos. Muerta la devota Ana Romero, Diego Hernández no siguió con la tradición de modo que la iglesia permaneció cerrada los sábados…
Diego Hernández seguía de fiesta diaria, y más los viernes con lo cual no podía continuar con los canticos sabatinos al estar un poco “perjudicado”. Estaba agotado ya que se decía que llegaba a "yacer en tres dormitorios distintos".... vaya maquina el tio…
Pero… empezó a correr el rumor por el Toledo de la época que de la iglesia salían sonidos celestiales cada sábado pese a tener sus puertas cerradas.
Hasta las narices de la insistencia de su criado y recordando las súplicas de su tía, Diego fue de mala gana un sábado sobreponiéndose a la resaca, a poner fin a lo que él consideraba una tontería: se dirigió a la iglesia seguido por una muchedumbre de curiosos y, espada en mano, abrió de golpe la puerta encontrándose, para su sorpresa, la imagen de cuatro ángeles que cantaban junto a la Virgen de la Esperanza.
Diego cayó de rodillas, avergonzado, y comenzó una vida piadosa dedicada a la beneficencia, abandonó las fiestas y juergas; y también retomó el mantenimiento de la tradición, por lo que, desde entonces, fue conocido como Don Diego de la Salve.
Una leyenda más toledana.
Feliz día y espero que la foto os guste.
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